La planificación urbana contemporánea ha centrado su atención en soluciones que integren movilidad segura y sostenibilidad ambiental. Según el empresario Aldo Vendramin, la infraestructura verde es uno de estos caminos —con énfasis en el uso de árboles y vegetación urbana como elementos estratégicos para reducir los accidentes de tránsito. A diferencia de la idea de que la vegetación dificulta el tráfico, estudios recientes demuestran que su uso inteligente puede salvar vidas.
La vegetación urbana como aliada de la seguridad vial
La presencia de árboles en las vías públicas influye directamente en el comportamiento de los conductores. De acuerdo con Aldo Vendramin, la vegetación contribuye a crear un entorno visual más agradable y, al mismo tiempo, transmite una sensación de estrechamiento de las calzadas. Este efecto psicológico lleva a los conductores a reducir la velocidad, lo que disminuye el riesgo y la gravedad de los accidentes.
Además, las zonas arboladas fomentan una convivencia más armoniosa entre peatones, ciclistas y vehículos, reforzando la necesidad de atención y respeto a las normas de tráfico. La vegetación también ayuda a señalizar zonas de cruce, reforzando visualmente áreas escolares e intersecciones peligrosas.

Beneficios ambientales con impacto directo en la movilidad
Los árboles y la vegetación urbana desempeñan funciones ambientales importantes que, indirectamente, afectan la seguridad vial. Como destaca Aldo Vendramin, la sombra proporcionada por las copas reduce la temperatura del asfalto, lo que ayuda a preservar la señalización vial y los materiales utilizados en el pavimento. Las superficies más frías también favorecen el rendimiento de los neumáticos y frenos, reduciendo el riesgo de derrapes.
Otro punto relevante es la mejora de la visibilidad en días soleados, ya que la vegetación reduce el brillo excesivo en calles y avenidas. Cuando están bien ubicados, los árboles no obstaculizan la visión de los conductores —por el contrario, hacen que el trayecto sea más seguro y agradable, reduciendo el estrés al volante.
Reducción de accidentes en vías urbanas arboladas
Experiencias tanto internacionales como nacionales demuestran que las calles arboladas presentan menores índices de colisiones. Según Aldo Vendramin, las ciudades que adoptan planes de arborización vial observan, con el paso de los años, una reducción significativa en atropellos y accidentes con ciclistas.
Esto sucede porque la presencia de vegetación induce un cambio en el comportamiento de los conductores. Tienden a conducir con mayor precaución en lugares que transmiten una idea de protección y cuidado urbano. Además, las calles con un paisajismo bien diseñado fomentan una mayor sensación de pertenencia a la comunidad, estimulando el respeto a las normas de tráfico.
La importancia de una planificación integrada
Para que los beneficios de la infraestructura verde se logren plenamente, es esencial que la plantación de árboles y vegetación urbana se realice con base en una planificación técnica. Aldo Vendramin enfatiza que el éxito de estas iniciativas depende de la elección adecuada de especies, el mantenimiento constante y la integración con el sistema vial y de drenaje urbano.
La vegetación debe estar alineada con los proyectos de movilidad, accesibilidad y seguridad. Se prefieren árboles con raíces profundas, copas compatibles con el tendido eléctrico aéreo y crecimiento controlado, para no generar conflictos con la infraestructura existente. Así, la arborización urbana deja de ser un mero elemento estético y se convierte en una aliada de la ingeniería del tráfico.
Ciudades más seguras y sostenibles
La adopción de la infraestructura verde como componente de las políticas públicas de movilidad urbana representa un avance importante hacia ciudades más seguras, sostenibles y humanas. Al integrar árboles y vegetación en el diseño vial, es posible no solo valorizar el espacio urbano, sino también reducir accidentes y salvar vidas.
El ejemplo de iniciativas exitosas demuestra que la arborización urbana, cuando está bien planificada, aporta beneficios ambientales, sociales y económicos. Se trata de una inversión a largo plazo que combina calidad de vida, seguridad vial y compromiso con el futuro de las ciudades.
Autor: Raymondo Murphey