Para Antônio Fernando Ribeiro Pereira, en el escenario actual, en el que las empresas necesitan generar valor más allá de la ganancia, la tecnología de la información se convierte en un instrumento esencial de transformación. El verdadero diferencial competitivo está en unir rentabilidad e impacto social dentro de una misma estrategia. Construir puentes entre negocios y sociedad a través de proyectos de TI es lo que permite a las organizaciones prosperar económicamente, mientras dejan un legado positivo para comunidades e instituciones públicas.
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La tecnología de la información (TI) como motor de impacto social
La adopción de soluciones digitales bien planificadas crea oportunidades de transformación a gran escala. De acuerdo con Antônio Fernando Ribeiro Pereira, la TI es capaz de reducir desigualdades al ofrecer servicios más accesibles y transparentes para los ciudadanos. Cuando se aplica a organismos públicos, por ejemplo, la tecnología organiza procesos, elimina burocracias y aumenta la confianza de la población en la gestión. Ese impacto social no es solo una consecuencia, sino parte de la esencia de los proyectos digitales.
Además, las empresas que actúan con esta mentalidad logran posicionarse como socias estratégicas de gobiernos y de la sociedad civil. Al invertir en soluciones que simplifican la vida de funcionarios y ciudadanos, crean un ecosistema sostenible de innovación. Esto significa que cada sistema o plataforma no se limita a resolver problemas puntuales, sino que también promueve ciudadanía activa, inclusión digital y una relación más transparente entre el Estado y el ciudadano.
Rentabilidad alineada con la responsabilidad
Unir impacto social a resultados financieros es un desafío que exige visión de futuro. Como resalta Antônio Fernando Ribeiro Pereira, la rentabilidad sostenible surge cuando los proyectos de TI son diseñados para atender tanto a las demandas del mercado como a las necesidades sociales. Esta combinación crea valor compartido, ampliando el retorno para los inversores y, al mismo tiempo, generando beneficios para las comunidades. Se trata de una estrategia que refuerza la credibilidad y atrae nuevas alianzas.
Además de ampliar los ingresos, este modelo de actuación fortalece la imagen de la empresa como agente de transformación. Inversores y clientes reconocen que los resultados sólidos pueden ir acompañados de responsabilidad social. De esta forma, el impacto positivo deja de ser un costo y se transforma en una ventaja competitiva, elevando a la organización a un nuevo nivel. Este equilibrio entre retorno económico y contribución social es lo que diferencia a los negocios resilientes en tiempos de cambio.
El papel del líder en la construcción de puentes
Para que este equilibrio se haga realidad, el liderazgo desempeña un papel central. Como evidencia Antônio Fernando Ribeiro Pereira, los líderes visionarios son aquellos que logran conectar datos, personas y objetivos, transformando proyectos tecnológicos en soluciones de impacto. Más que administrar recursos, es necesario ver oportunidades donde otros solo ven obstáculos, garantizando que cada iniciativa una innovación y propósito.
Este perfil de liderazgo inspira a los equipos a trabajar con compromiso y sentido de misión. Cuando los gestores comunican con claridad la importancia de alinear negocios y sociedad, crean un ambiente de confianza que potencia resultados. De esta forma, los proyectos de TI dejan de ser solo herramientas operativas y pasan a ser puentes de transformación, fortaleciendo la reputación de la empresa y creando beneficios duraderos para todos los involucrados.
En conclusión, construir puentes entre negocios y sociedad a través de la tecnología es uno de los caminos más prometedores para las empresas que desean crecer de manera sostenible. Según el empresario e inversor Antônio Fernando Ribeiro Pereira, unir rentabilidad e impacto social en proyectos de TI significa ampliar horizontes, fortalecer vínculos y entregar valor real a clientes y ciudadanos. Al adoptar esta visión, las empresas no solo conquistan mercado, sino que también se convierten en agentes de transformación social.
Autor: Raymondo Murphey